ANDRÉS MARCO

jueves, 27 de marzo de 2014

La cortina

LA CORTINA



He de hacer una cortina nueva para la puerta de atrás. La he de diseñar yo. Es mi obligación. Me corresponde hacerlo y por tanto lo voy a hacer. Voy a diseñar la cortina más original y bonita que nunca se haya visto en este pueblo, en mi pueblo. Sí. La voy a diseñar yo en persona. Llevo varios días con una idea que ronda por mi cabeza y la voy a emplear en la construcción de la cortina. Bueno, que quede claro, en su diseño. Porque lo que es construirla... Una vez diseñada y planeada concienzudamente, tal como yo lo estoy haciendo ahora, no va a costar apenas nada. Es muy fácil. Quiero que sea una estructura sencilla y compleja a la vez. Pues si ambas cosas, en un primer momento de apreciación, parecen contradictorias  y, por lo tanto, imposibles, debemos reconocer que profundizando un poco más en el asunto, ambos adjetivamientos no sólo  son realizables a la vez  sino que son complementarios. Deseo que demuestre el espíritu creador de su autor. Ya sé que esto cuesta. Mas lo voy a conseguir para demostrar a todos que soy capaz de hacerlo.
Para comenzar haré en el centro un grupo de tiras uniforme, compacto, que dé consistencia a la cortina y que a su vez introduzca, dé pie a lo que va a ser la estructura final. Será todo del mismo color y compuesto, integrado, pues la integración es el principio ordenante de todo cuanto debe existir, por ocho tiras. Serán ocho tiras todas del mismo color porque a mí me gusta que sean ocho y porque ocho tienen que ser y porque, precisamente, ocho quedarán muy bien. Ocho es mi número y ocho serán, y a quien la idea no le guste, que se conforme con ocho porque va a ser así. Después pondré cuatro tiras de forma distinta a ambos lados. Así quedará una simetría perfecta: cuatro -ocho- cuatro, y después ya veremos. Seguiré mi marcha aplicando la idea que circula por mi mente. No faltaría más. ¡Qué se han creído todos!. Será una cortina casi perfecta, pues la perfección absoluta por desgracia  todos sabemos sobradamente que es imposible. Habrán simetrías por todos los lados. Se mire por donde se mire siempre se verán simetrías distintas y hasta una cierta lógica, consecuente consigo misma, dispares. Va a ser algo fuera, más allá dentro de lo posible, de lo normal: tal como yo he deseado siempre que fuera. Tal como a mí me gusta que sea. Será difícil, eso lo sé, pero valdrá la pena el trabajo empleado en ella. Será una combinación de dibujos y de estructuras geométricas permanentes y por ello volátiles que asombrará al más ocurrente. Voy a estar varios días dedicado a su construcción, haciéndola. Porque costar me va a costar lo suyo, pero cuando la haya terminado, todos contemplarán y admirarán mi obra maestra, llena de ingenio. Porque, precisamente, será una obra única. Tal como debe de ser. Porque de otra forma no valdría la pena hacerlo. Sería una tontería ,un trabajo inútil, un tiempo mal empleado, una absurdidez. Y yo no puedo perder mi tiempo en cosas que no sirvan para nada. Lo necesito para cosas más importantes, de mayor relevancia. Porque mi tiempo vale mucho para mí. Mi tiempo es oro. Como el de todos los personajes importantes que han dedicado su vida a escribir las más logradas páginas de la historia del mundo. Y todos deberían hacer lo mismo. Si no lo consideran así, peor para ellos, después querrán encontrar razones consecuentes y éstas no les serán viables. Y yo no tendré  la culpa, pues  avisados ya están. Pero en fin, ya verán, ya, cuando yo haya terminado mi majestuosa cortina. Dejaré a todo el mundo con la boca abierta. Será una maravilla. Ya verán, ya. yo no gasto mi tiempo en balde.
Bueno, puedo estar contento: he terminado mi cortina. A mí me parece mejor de lo que yo había esperado obtener. Sí, ciertamente ha resultado infinitamente mejor de lo que yo había planeado en un principio. Es una combinación auténticamente perfecta de figuras y de simetrías. Un juego magnífico, como debe ser, de combinaciones aleatorias perfectas. Algo insospechado. No creo que haya en el mundo un espíritu más ocurrente que el mío para organizar y armonizar toda esta jerga de dibujos asimétricos en esa espeluznante simetría rebosante d luz y de color.

Quizás el único problema evidente que se plantea una vez finalizado mi trabajo sea el que los demás, los otros, ajenos a mi esfuerzo, no van a saber apreciar mi labor, mi dedicación y mi espíritu creador por la sencilla razón de que me he tropezado con un obstáculo insalvable: la cortina es toda del mismo color: verde. Qué iba a hacer, pues, si en la tienda  nada más había material para cortinas de color verde. Sí, sí, verde: qué pasa, ¿ acaso  no puede ser toda verde?. No es mi culpa. A mí esto no me importa. Hace que mi obra sea aún más inasequible, más inimitable, más difícil de comprender. Sí, porque la gente común, sin imaginación, con toda evidencia amorfa, vegetativa, sin valores humanos propios de su raza y de su condición de animal especial, único e irrepetible. espécimen raro de la naturaleza sin los valores morales dignos de de toda persona que se precie ,no es capaz de comprender, de captar la esencia de estas obras maestras, únicas e infrecuentes. Y mi cortina es una obra maestra. Bueno,..si no saben admirarla, si no son capaces de contemplar con dicha esta magnánima creación, peor para ellos. Siempre ha sido así. La incomprensión para con los genios. Ellos se lo pierden. Yo no voy a estar siempre allí, junto a mi obra,  explicándola a todo el mundo. Quien no quiera, o no sepa entenderla y admirarla, allá él con su conciencia. El arte no está todavía al alcance de todas las mentes. Ya se seba que el caviar no es para la boca del cerdo. Y si no...me es lo mismo: como la cortina va estar colgada en la parte de atrás de la casa, muy poca gente va a tener la oportunidad de verla, pues yo no estoy dispuesto a soportar sus impertinencias a todas las horas del día. Que se enteren de una vez por todas. Y si no, qué más me da: a mí mi obra me gusta y eso es lo que importa. Es toda  del mismo color  ¿ y qué?, mejor: así resulta mucho más bonita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario