ME LO DECÍA MI MADRE

Me lo decía mi madre, me lo decía mi abuela:

en esta vida hay que aplicarse, niño

que aquí quien no corre es porque vuela

y sólo tú forjas golpe a golpe tu destino.

Has de saber estar   siempre  en tu sitio

y que nada ni nadie  nunca te amilane,

discernir en todo momento cuál es la clave

comportándote con educación y señorío.

A la larga queda el recuerdo de lo que has sido

que digan que eras una persona cabal y con sentido

siendo todos los días un hombre, que así has nacido.

SEGUIMOS EN LA MISMA MIERDA

Seguimos en la misma mierda:
la avaricia de los banqueros
la primacía del dinero.
Hace falta una revolución
que sin el más mínimo perdón
los meta a todos en prisión.
Sí, es la misma mierda:
legislan siempre los políticos
aquello que conviene a los ricos
legalizan el robo que aumenta su avío
y el pueblo no puede decir ni pío.
Esto no hay quien lo entienda:
no nos dejan ni una mísera fiesta
mientras ellos están en eterna juerga.
Sí, estamos en la eterna mierda.

A TI, ALTIVO PINO

A ti, altivo pino majestuoso y hierático
que entre los demás sobresales, yo te canto
porque resistes firme el envite del viento
cuando agita tus ramas sin oír un lamento.

Frente a ti extasiado, yo te contemplo
y que tus ramas me protegen yo sueño.
A veces cuesta mantenerse firme y recto,
que en la vida para todo hay su momento,
cuando nos abandonan las fuerzas y el brío
necesarios para afrontar el inmediato presente
y entonces sí, yo te evoco y rememoro, pino
y me enfrento sabiéndome más fuerte.