Me lo decía mi madre, me lo decía mi abuela:
en esta vida hay que aplicarse, niño
que aquí quien no corre es porque vuela
y sólo tú forjas golpe a golpe tu destino.
Has de saber estar siempre en tu sitio
y que nada ni nadie nunca te amilane,
discernir en todo momento cuál es la clave
comportándote con educación y señorío.
A la larga queda el recuerdo de lo que has sido
que digan que eras una persona cabal y con sentido
siendo todos los días un hombre, que así has nacido.
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