ANDRÉS MARCO

martes, 4 de agosto de 2015

NO LE ECHEMOS LA CULPA

No le echemos  la culpa
a la pálida y cambiante luna
que ella no  tiene ninguna,
si acaso nada más   una:
ser  mudo y fiel testigo
de cuanto  nos ha acontecido
y que ya no podemos cambiar,
que nuestro pasado es nuestro
y siempre estará ahí como lastre,
recuerdo jamás  perecedero,
imposible del todo de olvidar.
Lo importante es seguir adelante
sabiendo que no hay presente
y que el futuro, no lo olvidemos,
ahí agazapado  esperando latente,
se conforma de pasado y recuerdos.