La lluvia rompe con fuerza contra el cristal
yo impávido
la contemplo detrás del ventanal,
permanecer
así contemplativo es de suicidas
cuando no
tienes nada mejor a hacer en tu vida.
Hay que
salir a la calle aunque llueva y mojarte
y dejar que
el agua te cale hasta empaparte,
y es que la
vida no es jamás una batalla campal
que cuando
llueve lo hace para todos por igual
y si acaso
sólo queda el refugio de algún portal,
hay que
transitar por la vida sabiéndose mortal
sabiendo que
cada día que pasa es otro que se va
y que al
echar la vista atrás puedas decir qué más da.
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