Cierro los
ojos y contemplo el horizonte lejano
hacia el
cual cada uno de nosotros avanzamos
y cuando
creemos que ya lo tenemos a mano
abro los
ojos y veo que se me está escapando.
Trato de
asirlo muy fuerte, intento atarlo como sea
y es como
querer meter en un cubo toda una marea,
el horizonte
sigue más allá, casi en el distante infinito
y vuelvo a
cerrar los ojos y en atraparlo no desisto.
No pretendo
llegar al horizonte, es un sueño vano
pero
reconozco que todos pretendemos alcanzarlo
sabedores que siempre es escurridizo y casquivano,
alcanzar el horizonte, reconozcámoslo, es humano.
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