Mi
sensibilidad está en una flor
mi humanidad
la quieren meter en una caja,
envolverla
con papel de estraza,
ponerle un
lindo lacito rosa
y remitirla
hacia ninguna parte.
Mi moral la
olvidé junto al sombrero
en la percha
de un bar cualquiera,
mi corazón
destila virutas de asfalto,
tengo un
hermoso cochecito, muy cuco
con él voy,
cuando quiero, a todas partes.
Compro
lechugas en el supermercado,
todo lo otro
no me interesa,
no me
importa que te mueras.
¡Muérete!,
eso, muérete ya.
Caja grande,
de madera,
todas son
casi iguales,
con su
lacito rosa
a modo de crucifijo,
crees que no
me fijo.
Si todo es
negro...negro... muy negro
y aún así huelo la flor marchita
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