ANDRÉS MARCO

lunes, 13 de marzo de 2017

¡ AY, MI PALOMA!


¡Ay mi paloma! ¡ Ay mi paloma blanca!
No llores porque ya no vuelas como antes,
no llores si desde el nido te llaman,
nuestros pichoncicos ahora te lastran.
¡No llores, mi paloma, conoces
el rumbo de los navegantes!
muy pronto podrás y entonces
remontarás el vuelo con aires favorables,
tú en el centro, yo y ellos de acompañantes.
A partir de entonces no habrá suficiente cielo,
mi paloma, para tan arrebatador vuelo.
No llores, mi paloma, no llores sin denuedo
antes de lo que supones volverás de nuevo,
mi paloma, no llores,  apenas es un instante.

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