Éramos los niños de ayer,
los que jugábamos
en la Plaza de la Fuente,
en las eras altas,
en las calles de Manzanera,
porque nosotros sí
teníamos un pueblo.
Éramos los niños de ayer,
entrábamos en las casas
de puertas siempre abiertas
felices sin tener nada
sólo las calles, las plazas
la familia, los amigos,
la necesidad y el hambre.
Éramos los niños de ayer,
los que mirábamos al cielo
y jugábamos con las estrellas,
porque nosotros sí
teníamos las noches
sin que nada del mañana
apenas nos importara,
sólo escuela, casa y calle.
Éramos los niños de ayer,
los que nada hemos olvidado
los que nos creíamos todo
los que buscábamos futuro
los que ...
hoy a los vivos apenas
nos quedan unas semanas,
éramos los niños de ayer.
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