Siento como
mías todas y cada una de las hojas que se van
a lo largo
de este tiempo que fue y que ya nunca volverá,
¿qué ha sido
de aquellos brotes tiernos con hojas verdes
que daban
tanto color a aquellas expectativas en
ciernes?
Poco a poco
todas ya caídas alfombran amarillentas
el suelo
aguardando
convencidas de que las arrastrará sí o sí el viento.
Antaño uno
era joven y se decía sin dudar: yo sí que puedo,
ahora uno
mira hacia atrás y sincero se dice que ya no es tiempo.
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