ANDRÉS MARCO

miércoles, 21 de junio de 2017

LA ESPERANZA ESPERADA

La esperanza esperada nada más queda en esperanza,
y aún así  es a esa esperanza a la que uno se aferra
como el sediento se amorra al manantial de agua fresca
sin sospechar que con seguridad es pura añagaza.

No nos importa que esa esperanza pueda resultar vana,
es nada más como el clavo ardiendo al que uno se agarra,
lo que importa es el agua cuando la sed de verdad atenaza
sin tan siquiera comprobar  que estancada, no esté nada clara.


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