En mi dilatada vida he hecho muchas
cosas,
unas buenas, posiblemente no tanto otras,
pero todas por mi parte con la mejor
intención
y si alguien siente hacia mi rencor, le
pido perdón.
Hacerlo no me supone ningún tipo de contrición
porque no me arrepiento, y es que a lo
hecho pecho.
Todo cuanto hice es porque estaba en mi
derecho
pensando en lo mejor y había que hacerlo
sin dilación.
Así que no me echo atrás por lo hecho,
de tal suerte
que, eso sí, si he ofendido alguna vez a
alguien, lo siento
hago muchas cosas y como humano no siempre acierto
pero sí sé hoy que el pedir perdón te hace más fuerte.
A veces deberíamos pedir más perdón por lo que deberíamos haber hecho y NO hicimos.
ResponderEliminarBuena reflexión. Un saludo, profe.