Lo último que se pierde es la
esperanza,
sí, siempre que se mantenga
la confianza
de que el último sueño se va
a cumplir
porque es la única forma de
poder vivir.
Si no soñamos, qué sería de
nuestro día a día,
mientras soñamos está claro: hay
vida;
sueños grandes, y también sueños pequeños
todos somos de nuestros
sueños los dueños,
lo esencial es poder cada día
seguir soñando
para , poco a poco, poder
seguir avanzando,
y no importa si al final resultan
muy efímeros
si aceptamos que son sueños, nada más sueños.
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