No digas nunca "lo siento"
ni que todo fue un sueño,
el árbol se cimbrea al viento
pero arraiga fuerte en el suelo.
Yo jamás me doblego,
la libertad no tiene dueño
el destino es: "sí, puedo"
al fin soy lo que yo quiero.
Aunque crece rama a rama
importa lo que alcanza
y de su tronco el grosor
que no hay logro sin sudor
y al final llega lo que se espera
y la dicha entonces es plena
porque de contenido se llena
y si no, la vida no vale la pena.
Precioso todo lo que escribes Andrés!!!! Eres enorme!!! Un abrazo.
ResponderEliminarHasta dentro de poquísimo ya!!!