A Octavio Paz
La
felicidad es como una sillita al sol
mientras revisas tu mochila
complacido
y decides permanecer contemplativo
aguardando al atardecer el arrebol
que te reconforte el latir del
corazón,
entretanto te refugias en tu
rincón
y recuerdas esos instantes con
emoción
en los que hubo felicidad y
mucha pasión.
Vivencias que al final son parte
de recuerdos,
que en la mochila vas
metiendo poco a poco
ya los que te aferras con la vehemencia de un loco
aún sabiendo que fueron sólo eso: momentos.
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