No busques la perfección absoluta. No existe
asume tus hechos y decisiones tal como lo hiciste,
si en ese hacer te
entregaste y pusiste toda alma
nadie tiene que reprocharte absolutamente nada.
A veces nos
autoimponemos metas inalcanzables
sabedores de que jamás de los jamases llegaremos
y que el perderse en el camino será justo lo inevitable
porque ese camino es lo único que de verdad tenemos.
Vivimos mientras vemos
por delante un posible camino
con un horizonte
normalmente invisible y lejano
sembrado de gruesas piedras: incertidumbres y sinsentidos,
que nos hacen caer
y luego, aunque no queramos, levantarnos
detenernos un
instante, tomar aliento y decirnos: ¡Vamos!.
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