Duele cuando recibes los golpes,
duele los
inesperados sinsabores,
duele mucho los
propios errores,
duele sobre
todo y en especial los noes.
El dolor es
parte esencial de la vida
como también
lo son las alegrías,
todo cabe atesorado
en la mochila
y una vez
dentro uno nunca olvida,
que de todo
siempre se aprende algo
en este
transitar a veces penoso y largo
que supone
una vida caminada paso a paso
y en un
momento uno para y echa mano
de todo eso que
ha guardado por si acaso.