En la noche estrellada miro al cielo
y en su inmensa inmensidad yo me pierdo
busco esas posibilidades que no encuentro
y admirando ese cielo iluminado desespero,
cuántos caminos inhollados e inciertos veo
de los que todos desconocemos sus secretos.
Cierro un momento los ojos y me contemplo,
y en íntima comparación me veo tan pequeño
que me interrogo de mi papel en el universo
y sin obtener respuesta apabullado pienso
que de todos modos no estamos en el centro
y luego, más tranquilo, pienso que sigo siendo
esa vida que sólo yo vivo sin aspavientos
y que todo esto me dará igual una vez muerto.